Soy Minero
Y templé mi corazón con pico y barrena
Soy Minero
Y con caña, vino y ron me quito las penas.
Cantaba el inmortal Antonio Molina. Algo similar deberían de cantar los mineros de las minas de Arceon, cambiando el ron por unos tragos de orujo, y Sierra Morena por Peña Sagra.
Pero primero, vamos a interrumpir el canto para situarnos. Estamos en la Braña de los Tejos, un lugar mágico ubicado en la ruta que une Lebeña y Peñarrubia. Muy cerca del límite de la braña, hay una hondonada en la que se pueden ver restos de muretes de piedra, y un cartel que indica la entrada de una angosta galería. Es una bocamina de las minas de Arceón.
Las minas de Arceón estuvieron activas desde 1850 hasta 1922, y de sus entrañas se sacaba blenda, lo mismo que en las minas de Áliva.
De la blenda o esfalerita, se extrae principalmente zinc, así como algunos otros minerales, en proporción mucho menor.
Como podréis suponer, a esa altura, y con unos caminos tan complicados, tanto la extracción del mineral, como su trasporte, no debía de ser nada fácil. Todos los trabajos de minería se hacían a mano, utilizando mulos y burros para llevarlo hasta el valle. Las minas daban trabajo a casi un centenar de aldeanos de los alrededores. y muchos de ellos dormían ahí mismo, como atestiguan los restos de toscas cabañas que hay junto a la bocamina.
Además de esta galería, en los alrededores se pueden encontrar muchos otros restos, como escombreras, un pozo, en el collado de Pasaneo, y los restos de las viviendas que antes he comentado.
Es un atractivo más a añadir a la visita a la Braña de los Tejos, que puede ser el remate de un magnífico día de senderismo, en una de las comarcas más singulares de Cantabria.
Lebeña, Cillorigo de Liébana, Cantabria, España