Los que tengáis niños os vais a pegar un alegrón cuando leas este artículo. Yo no tengo, pero he comprobado muchas veces la desesperación de mis amigos, cuando no son capaces de motivar a sus hijos para ir al campo, y compartir con ellos unas horas caminando por el bosque. En el lugar que os voy a describir hoy, no vais a tener ese problema. Los niños saldrán encantados, y en cuanto les contéis lo que les espera, seguro que serán ellos mismos los que os azucen para llegar cuanto antes a su destino.
El monte Tejas está en San Felices de Buelna, concretamente en el barrio de Tarriba de esta localidad cántabra. Es un bosque maravilloso para hacer senderismo, con unas hayas impresionantes, castaños, y una cantidad poco usual de acebos. Durante el paseo que os propongo, haremos un poco de senderismo entre sus magníficos árboles, pero poco. Lo que realmente vamos a ver, es un conjunto de tallas en madera, a tamaño natural, que representan docenas de seres asociados a la mitología y las costumbres de Cantabria.
Hace ya un buen puñado de años, un artista local que se dedicaba a hacer pequeñas figuras de madera, Terio Lombilla, decidió recrear en la frondosidad del bosque, un mundo mágico y fantástico, poblado por la particular interpretación que estos seres formaban en su imaginación.
El resultado no puede ser más asombroso. Durante el recorrido, que en conjunto no tiene más que un par de kilómetros, podemos ver, entre otros seres de la mitología cántabra, ojáncanos, anjanas, trastolillos, musgosos o trentis. Los acompañan una serie de personajes costumbristas, como un paisano picando dalle, una viejuca o una pastora con sus cabras, y algunos otros sacados de la fértil imaginación del autor.
Entrecalados por el recorrido, nos encontramos con una nutrida representación de los animales del bosque. Algunos nos costó encontrarlos, como es el caso de la osa pariendo, pero otros están bien a la vista, en mitad del camino, como el jabalí, el buitre, o un gracioso burrito cargado de leña. Casi todas las figuras, sobre todo las mitológicas, tiene a un lado un cartel explicativo, en el que se nos detalla las características, historia y costumbres del personaje. Me gusta mucho ese detalle, ya que además de alegrar la vista, hace del bosque un inestimable foco de cultura tradicional.
Las obras están talladas con mucho encanto, de forma un tanto rústica, pero con mano firme y segura, que con unos pocos golpes de formón y gubia da vida a los personajes. Están decoradas con una rica policromía, que calculo que en una zona tan húmeda, debe de estar repasando constantemente. Junto a algunas de las figuras, ha instalado algunos bancos, profusamente decorados, que deberían servir para que los visitantes descansen, pero que la inmensa mayoría de la gente no utiliza, seguramente por temor a dañarlos.
Pero es que el bosque, además de animado, está vivo. Y lo está porque Terio sigue añadiendo, cada cierto tiempo, nuevas y variadas figuras. Ahora hay unas 50, más o menos, y espero con impaciencia que añada alguna más, para tener una excusa para volver a visitarlo.
Como os decía al principio, la llegada hasta la ruta no tiene dificultad alguna. Es la misma pista que lleva hasta la cueva de Hornos de la Peña. Una vez pasada la entrada de la cueva, hay dos aparcamientos. Aquí podéis dejar los coches los que queráis hacer un par de kilómetros más de paseo, hasta el inicio de la senda. Los más remolones pueden seguir hasta un pequeño parque,
con un refugio de montaña, que está unos cientos de metros antes del acceso a la senda. No recomiendo seguir más allá en el vehículo, ya que perturbaríamos la tranquilidad del bosque.
Aclaro que la senda es un camino de tierra, por el que se cruza un par de veces el arroyo que conforma el barranco en el que se asientan las figuras, por lo que suele haber bastante barro. No es un camino empedrado, por lo que no es accesible para personas de movilidad reducida, o que vayan en silla de ruedas.
Ahora solo os queda recorrerlo, ver los personajes, leer los paneles en los que nos detallan la leyenda que los rodea, y elegir cuál es vuestro preferido. Yo ya tengo el mio, pero me lo callaré hasta la próxima historia, en la que seguramente os hablaré de él más extensamente.
Cueva de Hornos de la Peña, Barrio Penías, San Felices de Buelna, Besaya, Cantabria, 39409, España
Algunos de los personajes