En varias ocasiones he destacado que, a mi entender, no se presta la atención necesaria al patrimonio industrial de Cantabria. A mi me gusta mucho y me parece que es muy importante su preservación, con el fin de dar a las generaciones venideras una idea fidedigna de nuestra historia.
Cuando descubrí la grúa Priestman expuesta en la Concha de Villaescusa, me vino a la cabeza el libro de poemas Marinero en tierra, de Rafael Alberti. La grúa-draga original, iba montada en una pequeña gabarra, que en tierra han reemplazado por una zapata de hormigón, que imita el casco de la gabarra.
Ya no volverá a surcar las aguas del puerto.
Y os preguntaréis ¿como es que la grúa Priestman, con su gabarra de cemento, está en este emplazamiento tierra adentro y no más cerca del mar? Pues porque en su momento dio servicio de dragado a la ría de Solía, con el fin de mantener accesibles los cargaderos de mineral de la zona. De hecho, la grúa Priestman, esta muy cerca del trazado del ferrocarril minero que a finales del XIX, construyó el ingeniero y empresario minero José MacLennan. El ferrocarril transportaba el mineral de hierro de la mina de Obregón hasta el embarcadero de la Orconera en Astillero. Está, por tanto, estrechamente ligada al pasado minero del municipio.
La grúa que hoy podémoslos ver en La Concha de Villaescusa, también desempeñaba las funciones de draga y excavadora. Servía, para extraer rocas y dragar el fango residual de las dársenas y canales de navegación del puerto, cimentar los nuevos muelles y extraer los restos de buques hundidos, que se encontraban dentro de la zona a limpiar.






Nuestra protagonista era la tercera de una serie de grúas, que la Junta del Puerto de Santander, compró a la empresa de ingeniería inglesa Priestman Brothers; la primera en 1883, la segunda en 1890, y la tercera, que es la que ahora podemos ver, en 1894.
PRIESTMAN BROTHERS
Priestman Brothers era una empresa de ingeniería con sede en Kingston upon Hull que fabricaba excavadoras, dragas, grúas y otras máquinas industriales. A finales del siglo XIX, la empresa también produjo el motor de aceite Priestman, uno de los primeros diseños de motores de combustión interna alimentados con aceite.
Las maquinarias se montaron sobre gabarras, con el fin de utilizarlas para labores de mantenimiento del puerto. Curiosamente, las otras dos sufrieron daños considerables durante la explosión del vapor Cabo Machichaco, en 1893. La primera se hundió, y la segunda sufrió serios desperfectos.
Nuestra superviviente prestó sus servicios de forma ininterrumpida durante gran parte del siglo XX, hasta la década de los 70, en la que, abandonada a su suerte, se acabó hundiendo en el puerto de Raos.

LA GRÚA EN RAOS ANTES DE LA RESTAURACIÓN
En 1995 se recupero y restauró, quedando instalada en el testero principal del espigón de Raos, un área de acceso restringido al público general. La falta de interés y el abandono volvieron a dejarla en un estado lamentable.
Por suerte, y tras arduos esfuerzos para conseguir recuperar sus restos, en el año 2023, parte de sus elementos, fueron cedidos gratuitamente a la Asociación Red Patrimonio Industrial de Cantabria. La asociación consiguió recuperar los restos en muy mal estado, exponiéndolos en la muestra “Las huellas del pasado industrial de Cantabria” en la Lechera de Torrelavega, en abril de 2023.







Posteriormente, Red de Patrimonio Industrial de Cantabria, con la colaboración de la Autoridad Portuaria, el Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Villaescusa, se hicieron cargo de la restauración, completa y rigurosa, de la grúa Priestman. El ingenio que hoy en día podemos visitar en La Concha, está compuesto de caldera de vapor, máquina, reenvíos de cadena, pluma y bivalva. Todos los elementos son los originales, salvo la bivalva que fue reconstruida.

Como dato curioso, hay que destacar, que es la única máquina de vapor completa que ha quedado en Cantabria, como vestigio de la Revolución Industrial. También me gustaría destacar, que es uno de los últimos vínculos materiales con el trágico momento histórico, que significo para Santander, la explosión del vapor «Cabo Machichaco».