Las Termas romanas de Maliaño

No tenemos que irnos muy lejos de Santander para encontrar uno de los lugares más sorprendentes de Cantabria. Y me atrevería a decir que de España.

Y no creáis que exagero. Nosotros hicimos una visita muy interesante, y todo el mundo salió maravillado.

Imaginaros las ruinas de unas termas y una domus romanas, sobre las que se construyó una ermita románica, alrededor de la que hay una necrópolis medieval de tumbas de lajas. No contentos con eso, a la necrópolis le sucedió un cementerio contemporáneo, que es donde ahora podemos visitar todo este singular parque arqueológico.

Pues todo esto que os cuento está en Maliaño. Más concretamente dentro del cementerio de la localidad, junto al aeropuerto Seve Ballesteros. Para concretar, os diré que el paraje en cuestión se llama Mies de San Juan.

El cementerio está junto a la carretera de acceso al aeropuerto Seve Ballesteros. Se accede por el desvío que sale a la izquierda, después de pasar la entrada al polígono industrial de Parayas, y que lleva a Maliaño Alto. Justo antes de una rotonda.
La visita es libre y gratuita, siempre dentro de los horarios de apertura del propio cementerio.

CÓMO LLEGAR

Termas romanas, Carril bici de Parayas, Maliaño Alto, Maliaño, Camargo, Santander, Cantabria, 39600, España

La sobreposición de diversas capas de estructuras humanas en un mismo terreno, es algo muy habitual en la historia. Los arqueólogos está habituados a encontrar diversos estratos, correspondientes a épocas sucesivas de poblamiento, bajo las ciudades que cuentan con un dilatado pasado. Por ejemplo, las ruinas de la célebre ciudad de Troya se componen de 10 capas diferentes de estratos diferentes. En el caso que estamos tratando en este artículo, además de todo lo antes mencionado, se han encontrado restos líticos del Paleolítico Inferior.

Os voy a contar de forma cronológica lo que podéis ver ahora.

En primer lugar las ruinas romanas. Las termas son importantísimas, ya que los restos de este tipo son muy escasos dentro de nuestra comunidad. Su importancia se acrecienta por la proximidad de la costa, ya que la mayor parte de los vestigios romanos se encuentran al sur de la región, colindantes con la meseta, que fue la zona más romanizada.

Las termas, de acuerdo a sus dimensiones, debían de ser tener bastante relevancia. Hay restos de varias épocas diferentes. La más antigua, además de la más importante, está datada en el siglo I d.C. Progresivamente, y al menos hasta el siglo IV d.C. se van añadiendo diversos segmentos alrededor del edificio principal. 

El conjunto de las estancias se puede distinguir perfectamente desde una pasarela de madera elevada, que atraviesa longitudinalmente las ruinas. Además hay unos paneles informativos que explican muy bien las características del conjunto termal.

Podemos admirar el ordenamiento clásico de unas termas, con frigidarium, o sala de baños fríos, la sala de agua templada o tepidarium,  y el caldarium, para los baños de agua caliente. En el extremo más cercano a la puerta del cementerio hay horno (praefurnium), que alimenta el sistema subterráneo de calefacción o hypocastvm. En el hypocaustum, se distinguen las típicas pilas de ladrillos que sustentaban la cámara que había bajo la sala templada. Más adelante se añadió un vestuario (apodyterivm) y una piscina (natatio).

Al fondo se ha descubierto un segundo edificio, del primer tercio del siglo II d.C. Son los restos de una domus romana, que seguramente formaba parte de un asentamiento urbano algo mayor. Se especula que debía de estar ligado a la explotación de las cercanas minas de hierro. Este edificio aún supone una incógnita, ya que no se ha excavado demasiado, tan solo el atrio. Entre otras cosas, por la dificultad que supone que esté enclavado dentro de un cementerio aún en funcionamiento. Además, la construcción de los panteones del cementerio, alteró notablemente la estructura de los edificios romanos.

Pero si hasta aquí las termas romanas son un conjunto excepcional, lo que las hace increíbles, son los restos medievales que se superponen y reutilizan su estructura y parte de los materiales que se emplearon para su construcción.

Sobre las ruinas de las termas se erigió en el siglo XII una iglesia románica dedicada a San Sebastián. El templo dependía de la Colegiata de Castañeda Los muros romanos sirvieron de cimientos para la ermita y, seguramente, se emplearon muchas de sus piedras como sillares de la nueva construcción. Actualmente solo se conserva un pequeño lienzo de los muros y un bonito arco toral, o de triunfo, que daba acceso al ábside, y cuyas columnas y capiteles tiene unos relieves magníficos.

Arco ermita termas romanas Maliaño
Arco de la ermita de San Juan

Alrededor de la iglesia se fueron sucediendo los enterramientos, conformando una necrópolis de tumbas de lajas, fosas simples y ataúdes de madera, que abarcan un periodo comprendido entre los siglos XII y XVII.

Para darnos cuenta de la importancia de este yacimiento, durante las excavaciones arqueológicas, se encontraron más de 15.000 piezas arqueológicas; cerámica de vasijas y vajilla, monedas, fragmentos de vidrio, fichas de juegos, colgantes y diversos objetos metálicos.

Os animo a desplazaros a este lugar tan singular, apelando a vuestra discreción y respeto, ya que como antes os he comentado, el yacimiento está en el interior del actual cementerio de San Juan de Maliaño.

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