Seguramente muchos os habréis preguntado de dónde viene el curioso nombre de la capital de Cantabria, la ciudad de Santander.
Santander deriva de la primitiva denominación latina ‘Portus Sanctorum Emeterii et Celedonii’, que al pasar al latín vulgar, se transformó en Sant Emeter, y de ahí en Santander.
La evolución del nombre sería la siguiente: Sancti Emetherii > Sancti Emderii > Sanct Endere > San Andero > Santendere > Santanderio > Santander.
Debo de aclarar que los saltos fonéticos de esta secuencia no está demasiado claros, por lo que entre los filólogos existen algunas controversias.
San Emeterio y San Celedonio son los santos patronos de la ciudad de Santander, y sus cabezas cortadas blasonan su escudo. Menos mal que no les dio por llamarnos Sanceledonia.
La leyenda cuenta que las cabezas de los santos mártires arribaron flotando por el mar hasta la bahía de la ciudad, donde las recogieron y guardaron como reliquias. La historia nos cuenta otra versión más prosaica. Los huesos de los mártires llegaron durante el transcurso del siglo VIII, de la mano de los refugiados cristianos que huían de la conquista musulmana. Inicialmente las reliquias quedaron depositadas en unas antiguas termas romanas, que bien podrían ser las de Maliaño, trasladándolas luego al monasterio consagrado a San Celedonio y San Emeterio, en el cerro de Somorrostro, germen de la actual catedral de Santander.
Hay otra tesis, que sostiene que el nombre original era San Andrés, que a su vez derivó en San André, Sant Ander, Sant Andero y Santander, ya que con esta denominación aparece en mapas y documentos a partir del siglo XIII. En 1255 el rey Alfonso X “El Sabio” otorga el derecho de nombrar alcaldes y jurados a su hermano Don Sancho, mencionando a la villa como Sant Ander. Así mismo, el marinero que circunvala el mundo en la nao Victoria junto al inmortal Juan Sebastián Elcano, Juan de Santander, suele ser citado como Juan de San Andrés.
Es una versión con bastantes visos de ser cierta, aunque la ausencia de San Andrés en el santuario de la ciudad, hace que las dudas sean mayores que las certezas.
Para mi ambas versiones pueden tener una secuencia lógica. San Andrés se parece mucho a Sanct Endere o San Andero, que son dos de las derivaciones en el tiempo de Sancti Emetherii, por lo que en algún momento en la historia de la ciudad, se pueden haber mezclado o confundido ambos nombres, coexistiendo en mapas y documentos.
Lo interesante es que el nombre de la ciudad de Santander es un caso abierto, del que se podrá seguir polemizando durante los siglos venideros.